El minuto a minuto de Messi
El problema fue la tenencia. De Paul y Paredes se movieron demasiado bajos en la cancha, descendidos en campo propio quitándole posibilidad de conducción a la pareja de zagueros centrales y lo peor: lo hicieron la mayoría de las veces parados en la misma línea, es decir a la misma altura. Ese posicionamiento quitó automáticamente una línea de pase hacia adelante para poder avanzar ya que el pase horizontal no tiene incidencia ni peligrosidad y favoreció la presión del equipo de Alfaro, que en lugar de defender en bloque bajo apostó a tapar a los lanzadores. Dos datos: 1) En los primeros 45 minutos, Paredes apenas metió dos pases filtrados, una de sus especialidades por hacerlo con ventaja al compañero. En uno encontró a Messi y el otro fue impreciso. 2) De Paul, un llegador que sabe detectar muy bien los espacios y convertirse en opción de pase cuando se lanza al ataque, prácticamente ni pisó el área rival.
Ese doble cinco lineal, cuando el partido pedía que estuvieran siempre a distintas alturas, tuvo un problema extra: la ausencia de un volante con mayor generación de juego, como podría haber sido Lo Celso (lesionado) o el Papu Gómez (en el banco), o alguien que sí profundizara entre líneas como bien lo suele hacer Nico Domínguez. Scaloni nunca ajustó y el ex Vélez ingresó tarde. El Huevo Acuña siente más la raya (lo que terminó anulando las subidas de Tagliafico porque ambos se superponen por afuera) que transitar por pasillos internos para darle volumen de juego a su equipo. Por la otra banda, Ocampos fue algo más incisivo y profundo, como en la jugada del penal, pero pareció quedar preso de los movimientos hacia esa banda de Messi. Algo atado, moviéndose al compás de Leo, el hombre del Sevilla perdió presencia en los últimos metros. Por último, los laterales no aportaron demasiado en ataque. Ni dando amplitud ni profundidad.