La política energética y el segundo mejor negocio
- proveedor de un insumo indispensable para el conjunto del aparato productivo
- dador de rentas extraordinarias (3) al primer eslabón de la cadena de valor.
De allí la necesidad de una política pública, diseñada y ejecutada para favorecer su desarrollo y consolidación.
La correcta instrumentación posibilitará una disminución de los precios y tarifas de comercialización (como consecuencia de una sustantiva merma de sus costos) facilitando a las empresas locales que
- busquen su hegemonía en el mercado interno
- penetren en los externos.
Para ello es necesario planificar el mejor aprovechamiento de las reservas, tanto disponibles como potenciales, asegurando con certeza el abastecimiento familiar y empresarial (4).
Como planteáramos oportunamente en “Administración del comercio y el óptimo económico”, el precio final del barril de petróleoy sus derivados (5) debe estar en función del costo de exploración y explotación, más un margen justo y razonable, para los distintos actores que participan en su producción, transformación y comercialización.
Es en este marco, un abordaje integral de la empresa más relevante del sector se convierte en un imperativo.
El caso YPF
A principios del siglo pasado, haciendo perforaciones en búsqueda de agua, se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia, Chubut.
Luego de unos primeros años de confusión y carencia de marcos regulatorios, en 1922 se decretó la creación de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales ( YPF), dependiente del Ministerio de Agricultura.
Su primer responsable fue el general ingeniero Enrique Mosconi, quien conformó una empresa integrada verticalmente. Adquirió barcos petroleros, desarrolló una destilería e incorporó surtidores propios, a la vez que se edificaron barrios (viviendas, escuelas, etc.) para los trabajadores, transformándola en la institución petrolera más importante del sur americano.
Posteriormente, hacia fines del 40, se construyó el gasoducto (1.605 km) Comodoro Rivadavia-Buenos Aires.
En 1962 se alcanzó el autoabastecimiento energético, a través de los contratos petroleros signados con compañías extranjeras que luego fueron anulados (6) por haber sido concesionadas sin licitación y con privilegios fiscales.
Desde mediados de la década del 70, y dado los sucesivos balances deficitarios, se instaló la idea de la transformación de la personería jurídica de la ya empresa estatal, que se cristalizó hacia finales de los 80 bajo el paradigma de la privatización del patrimonio público.
Su modificación derivó en YPF Sociedad Anónima.
Con ello, y bajo un pretendido criterio de “eficiencia de gestión empresarial”, se inició un proceso de desguace de la compañía.
Así lo demuestra el análisis de las principales variables que se observan en el cuadro.
Es destacable, que en la última década el valor de la acción es 90,7% menor, la producción disminuyó 29%, las reservas de petróleo desarrolladas cayeron 43,6%, las ventas (en dólares) declinaron 15,6% y la deuda de largo plazo (en dólares) se incrementó 1.446,1%.
La situación se agravó en la actualidad, ya que en el último ejercicio (2020) se verificó una utilidad neta negativa equivalente al 11,7% de las ventas (USD1.098 millones) que impide, entre otras acciones, tener una liquidez mínima para el giro comercial, cancelar las deudas o desarrollar un plan de negocios consistente.
En este marco, es prioritario iniciar el debate alrededor de la transformación del sector.
Energía, para el desarrollo económico
El Costo Total (CT) del Barril de Petróleo (BP) está determinado por la sumatoria de los gastos (más amortizaciones) incurridos tanto en la exploración como en la explotación del recurso, aproximándose (dado un promedio ponderado de los distintos tipos de reservorios: convencional, no convencional y offshore) en torno de los USD35 (7).
Ahora bien, un modelo posible para disminuir su CT es financiar, a través del Presupuesto, una “unidad ejecutora” dentro de la Secretaría de Energía dependiente del Ministerio de Desarrollo Económico, que tenga como objetivo descubrir, mensurar y calificar como reservas disponibles los nuevos yacimientos de energía fósil.
De esta manera, el precio de venta del BP en el mercado interno disminuirá en un quantum equivalente a los costos de exploración.
Identificadas las cuencas (propiedad de las provincias), la extracción será realizada por aquellas empresas del sector privado que dominen el “estado del arte” (organización, posibilidades financieras y aptitud tecnológica, entre otros), que a resultas de una licitación (8) se adjudiquen el contrato de locación de obras y servicios a partir de haber ofertado proveer el mayor volumen de abastecimiento al menor precio posible.
El nuevo ordenamiento del sector energético, componente esencial de un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (Modepys) con orientación a la producción, permitirá derramar su “renta extraordinaria” al conjunto de los actores económicos, a partir de garantizar un precio adecuado con pleno abastecimiento.