Locales de quiniela clandestina de Villa Lugano
Se trata de dos comercios a cinco cuadras de distancia entre sí donde no había ninguna fachada que ocultara las apuestas ilegales: en las vidrieras se exhibían carteles con los números ganadores del día.
Lo comentaban los vecinos y ya molestaba a los dueños de las agencias de juego de la zona: en el barrio Piedrabuena del barrio porteño de Villa Lugano supuestamente funcionaban dos locales donde se levantaba quiniela clandestina. Esta semana fueron allanados y clausurados.
Luego de recibir una serie de denuncias sobre el funcionamiento de los comercios, la Policía de la Ciudad en inspectores de la Agencia de Loterías ingresaron como clientes en un operativo encubierto a los dos locales denunciados. En cada local encontraron a las mujeres que los atendían, vecinas de las torres de la zona.
La ilegalidad de la actividad que llevaban a cabo era evidente, con listas de números, pizarras y planillas a la vista. Si bien en general ese tipo de actividades se realizan encubiertas detrás de algún kiosco o almacén, en este caso nada tenía la intención de ocultarlo.
Las empleadas de los comercios admitieron ante cámaras policiales que allí se tomaban apuestas de forma clandestina, y no sólo no contaban con ningún tipo de fachada sino que además exhibían en sus vidrieras carteles con los números ganadores de cada uno de los sorteos del día.
Ninguno de los negocios -uno ubicado sobre la calle 2 de Abril y el otro sobre la calle Montiel, a una distancia de 5 cuadras entre sí- contaba con habilitación como agencias de quiniela.
Esta semana, en un operativo a cargo de la División Operaciones Especiales de la Policía de la Ciudad junto a la Agencia Gubernamental de Control, Trabajo y Lotería de la Ciudad y la Dirección General de Cooperaciones del Ministerio de Seguridad, los locales fueron clausurados y se secuestraron más de 7 mil pesos en efectivo, cartelería, folletería, pizarras y anotaciones con datos de las apuestas levantadas.
La causa por el delito de facilitar y promover juegos de azar (penalizado en el artículo 301 bis del Código Penal) quedó en manos de la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas N° 34.
El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que estableció nuevas restricciones para contener y disminuir los casos de COVID-19 en la segunda ola de la pandemia, impuso entre otras nuevas medidas, el cierre de casinos, bingos, discotecas y salones de fiestas hasta el 30 de abril.
Tras la aplicación de esta medida. la semana pasada, la Policía de la Ciudad junto al Cuerpo de Investigaciones Judiciales allanaron un garito clandestino regentado por un hombre de la comunidad china sobre la calle Sucre en el barrio porteño de Belgrano.
Las 23 personas que había presentes alrededor de las mesas de paño fueron detenidas y en el lugar se secuestraron cuatro máquinas de contar dinero, cinco millones de pesos, siete bolsas de cocaína y una pistola calibre .380 con 13 balas en su cargador. Se secuestraron, además, cuadernos con anotaciones y 25 teléfonos celulares que podrán ser peritados.
En el lugar había cuatro mesas electrónicas de mahjong, el clásico juego de fichas chino, una mesa octogonal de poker y algunos dólares. Wang H., de 34 años, presunto regente del lugar y el principal acusado, está registrado en la AFIP como supermercadista, con varios domicilios a lo largo de Belgrano y quedó detenido en una causa a cargo del fiscal penal y contravencional Mauro Tereszko.
Antes de la aplicación del DNU, sin embargo, también hubo operativos similares. A principios de marzo, un casino clandestino que funcionaba en el barrio porteño de San Telmo fue allanado mientras se desarrollaba un torneo de póker con casi 50 apostadores, entre ellos un menor de edad, en la planta alta de un bar ubicado sobre la calle Humberto 1° al 400.
Durante el operativo, mientras tres hombres de 50, 43 y 34 años, y una mujer de 26 que fueron identificados como organizadores eran aprehendidos, hubo jugadores que quisieron escapar sin éxito por el techo del local y descartaban en su huida teléfonos y objetos personales.
Según indicaron a Infobae fuentes judiciales, la inscripción para el torneo era de 10 mil pesos y a pesar de que el local contaba con una habilitación en trámite, hasta hace una semana tenía una clausura administrativa vigente por incumplimiento de protocolos de COVID-19.
Dentro del lugar, un espacio cerrado casi sin ventanas, los apostadores se agolpaban en las mesas sin distancia ni protocolos sanitarios.
En el lugar se secuestraron 410 mil pesos, 650 dólares, tres teléfonos celulares, cinco mesas de juego y 2.100 fichas de apuestas de distintos valores. También había una computadora donde eran registrados todos los datos del torneo.