Crecen los muertos por la escalada entre Azerbaiyán y Armenia y el mundo pide una tregua

Decenas de personas murieron en las últimas horas en combates entre separatistas de Nagorno Karabaj, apoyados por Armenia, y tropas de Azerbaiyán, respaldada por Turquía, informaron hoy autoridades, mientras aumenta el temor de que estalle una guerra abierta entre ambos países del Cáucaso y la comunidad internacional pide un cese el fuego inmediato.

Mientras en las últimas horas, Estados Unidos, la ONU, la OTAN y la UE pidieron a Armenia y Azerbaiyán el cese inmediato de las hostilidades, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, exigió hoy el final de la “ocupación armenia” de Nagorno Karabaj para detener los sangrientos combates en claro apoyo al reclamo territorial de su aliado, Azerbaiyán, que data de la disolución de la Unión Soviética.

“Llegó la hora de que esta crisis que comenzó con la ocupación de Nagorno Karabaj llegue a su fin. Cuando Armenia haya abandonado el territorio que ocupa, la región reencontrará la paz y la armonía”, declaró en un discurso Erdogan, cuyo país es el principal apoyo de Azerbaiyán en el conflicto.

Desde ayer, separatistas de Nagorno Karabaj, apoyados por Armenia, y las tropas de Azerbaiyán, se enfrentan en los combates más mortíferos desde 2016, en los que al menos 68 personas murieron, de acuerdo a balances parciales.

Turquía apoya a Azerbaiyán, por lo cual Armenia lo acusó de injerencia política y militar en el conflicto.

Nagorno Karabaj, constituida desde 2017 como República de Artsaj, es una región secesionista de Azerbaiyán, de mayoría armenia y con un Estado no reconocido por la comunidad internacional y con un presupuesto financiado en más de un 90% por Armenia.

La confrontación tiene raíces profundas que datan desde la formación de la disuelta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Cuando el bloque comunista comenzó a resquebrajarse la región de Nagorno Karabaj anunció en 1988 su pretensión de independizarse de Azerbaiyán para pasar a formar parte de Armenia, cuyo parlamento aprobó la anexión, pero la URSS impugnó la decisión.

Tras dos años de tensiones el litigio derivó en un conflicto bélico en la región, que dejó 30.000 muertos.

Desde entonces, las autoridades azeríes quieren retomar el control de esa región, aunque sea a la fuerza, mientras las negociaciones de paz se encuentran en punto muerto desde hace años.

Mientras recrudece el conflicto armado, Armenia presentó hoy una solicitud ante la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH), brazo jurídico del Consejo Europeo.

“La corte recibió esta mañana una solicitud de medidas provisionales por parte de Armenia, y está siendo examinada”, declaró una portavoz de la CEDH.

La solicitud invoca el artículo 39 de esta corte con sede en Estrasburgo (Francia), según el cual ese tribunal puede tomar medidas de emergencia ante riesgos de daños irreparables.

“El Gobierno armenio demanda a la CEDH que indique al gobierno azerbaiyano que cese sus ataques militares contra poblaciones civiles…”, reza parte de la solicitud armenia.

Tanto Armenia como Azerbaiyán son parte de la Política de Vecindad creada por la Unión Europea (UE) para ampliar sus vínculos con los países del exbloque soviético que no son Estados miembro.

El balance de víctimas podría ser más grave que el oficial ya que los dos campos afirman haber infligido centenas de pérdidas al adversario y difundieron en particular imágenes de blindados destruidos.

Azerbaiyán asegura que mató a 550 soldados enemigos y Armenia dice haber eliminado más de 200, según informó la agencia de noticias AFP.

Como en todo conflicto, la información se transforma en un espacio de fuerte disputa. Mientras el Ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj afirmó que había reconquistado posiciones perdidas el domingo, Azerbaiyán también asegura haber conquistado más territorios.

Las Fuerzas Armadas azerbaiyanas “atacan las posiciones enemigas con cohetes, artillería y la aviación” y “tomaron varias posiciones estratégicas en los alrededores del pueblo de Talych. El enemigo retrocede”, afirmó el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán.

En los últimos años, Azerbaiyán destinó una parte importantes de sus ingresos petroleros a la compra de armamento y hoy su presupuesto de Defensa es mucho más grande que el de Armenia, la fuente de ingresos del Gobierno de Nagorno Karabaj.

Tras varias semanas de retórica bélica, Azerbaiyán dijo que lanzó una “contraofensiva” mayor en respuesta a una “agresión” armenia, recurriendo a la artillería, los blindados y aviones contra la provincia controlada por los separatistas armenios.

El primer ministro armenio Nikol Pashinyan acusó a su enemigo histórico de haber “declarado la guerra al pueblo armenio”, mientras que el presidente ayerbaiyano Ilham Aliyev prometió “vencer”.

El presidente de Nagorno Karabaj, Arayik Harutyunyan, afirmó de su lado que es “Turquía y no Azerbaiyán” la que combate contra el territorio secesionista.

“Hay helicópteros, (aviones) F-16 y tropas y mercenarios de diferentes países”, aseguró.

Rusia, que mantiene relaciones cordiales con los dos beligerantes y es el árbitro regional, se siente más cercano a Armenia, que integra la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar dominada por Rusia.

Armenia y Azerbaiyán ya se enfrentaron en su frontera norte el pasado mes de julio en los combates más graves desde 2016, que hicieron temer la desestabilización de la región, luego que todos los esfuerzos de mediación para resolver este conflicto fracasaron.

Los dos Estados ya decretaron la ley marcial y Armenia la movilización general.

Azerbaiyán, además, impuso un toque de queda en parte del país, incluyendo la capital Bakú,

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