Día decisivo para la Argentina: el FMI aprobará el nuevo acuerdo y la City palpita cambios clave para el dólar

El mercado cree que la aceleración del ritmo de devaluación podría verse en las próximas jornadas, antes de que termine abril. Tres escenarios que se abren

El directorio del Fondo Monetario Internacional rubricará hoy en Washington el nuevo programa con la Argentina por un total de u$s20.000 millones, que dará inicio a una era del “Plan Milei”.

La aprobación llega en un momento muy particular, tanto por la situación interna como por la dinámica de los mercados globales.

En medio de la incertidumbre sobre los próximos pasos en materia cambiaria, el Banco Central volvió a resignar reservas: fueron u$s62 millones, por lo que las ventas totalizaron u$s2.090 millones desde mediados de marzo.

A ese monto habría que añadirle unos u$s4.000 millones por las sucesivas intervenciones de la autoridad monetaria tanto en el CCL como en el MEP (en este caso a través del dólar “blend”), con el objetivo de mantener acotada la brecha cambiaria.

La pérdida constante de reservas por parte del BCRA disparó las especulaciones en la City porteña acerca de un posible abandono del actual régimen cambiario -el crawling peg del 1% mensual- y su reemplazo por otro sistema que le permita al Central la acumulación de divisas.

Línea de financiamiento del Tesoro de Estados Unidos y swap con China

En las últimas horas, hubo noticias que ayudaron a moderar la efervescencia en el mercado cambiario.

Por un lado, el anuncio de la visita a Buenos Aires del secretario del Tesoro estadounidense, Scott K.H. Bessent, el próximo lunes.

El comunicado de la secretaría del Tesoro de EE.UU. implicó un muy fuerte respaldo de la administración Trump a la Casa Rosada. “El presidente Milei ha rescatado a Argentina del olvido económico“, puntualizó.

Trascendió incluso que durante la visita de Bessent podría anunciarse una línea de financiamiento exclusiva del Tesoro estadounidense a la Argentina, complementaria del programa del FMI.

Por el otro, la renovación -por otros 12 meses- del tramo activado del swap de monedas con China por u$s5.000 millones, que debía comenzar a pagarse a mediados de año.

Ambas novedades -sendas sorpresas en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China- llevaron algo de tranquilidad al mercado, de cara a lo que se viene.

Un párrafo en el posteo de Luis Caputo sobre el régimen cambiario puso en guardia a los operadores. Fue cuando aceptó que ese sistema podría modificarse.

Lo dijo así: “La activación de este tramo (del swap), que se inició en 2023 y debía comenzar a reducirse gradualmente a partir de junio 2025, seguirá manteniéndose a disposición del BCRA, en su totalidad, hasta mediados de 2026, permitiendo al BCRA reducir los riesgos en su transición hacia un régimen monetario y cambiario consistente y sostenible”.

La City palpita un cambio decisivo para el dólar

Ayer fue un día movido en el mercado financiero. En medio del tembladeral global, el índice de “riesgo país” regresó a la zona de los 900 puntos, producto de una baja de los bonos de la deuda pública.

A su vez, los dólares financieros volvieron a trepar hasta los $1.365/$1.370, lo que implica una brecha de 25%-27% respecto del “oficial”.

Pero lo que más llamó la atención de los financistas fue el súbito rebote de las cotizaciones en el mercado de futuros del dólar.

En especial en los vencimientos para fines de abril y de mayo, con alzas de 4,2% y 5,8% en la jornada.

Para fin de este mes, el mercado convalidó un dólar de $1.190, equivalente a un salto del 7% del dólar oficial para este mismo mes. Anualizado se trata de una tasa de interés implícita del 190%.

Para fines de mayo, el dólar cerró a $1.233, una tasa implícita del 104% anual.

Estas tasas de interés se encuentran bien por encima de la tasa de referencia del Banco Central (29% anual) y prácticamente el doble de la tasa del Tesoro en sus últimas licitaciones.

Está claro que los financistas aguardan un salto del tipo de cambio a partir de la implementación del nuevo programa con el Fondo.

El hecho de que el propio Gobierno evitara dar por confirmada la continuidad del actual “crawling peg” del 1% abrió una ola de versiones acerca de un cambio de régimen.

Las dudas sobre lo que viene derivó en la constante pérdida de reservas en el BCRA y, ayer, al salto en las cotizaciones de los dólares futuro. Justamente, el mercado de los futuros se ha convertido en un verdadero síntoma de ese sentimiento de que “algo nuevo se está gestando”.

En otras palabras, el mercado cree que el salto cambiario podría verse en las próximas jornadas, antes de que termine abril.

De hecho, la consultora Eco Go, dirigida por Marina dal Poggetto, plantea 3 escenarios que pueden darse como parte del acuerdo con el FMI. Los tres escenarios plantean una aceleración en el ritmo del dólar: 

Escenario 1: aceleración del crawling peg

Sin una corrección del tipo de cambio inicial, tal como lo prometió el Gobierno. Implicaría, eso sí, una aceleración al 3% mensual del “crawling peg”.

Bajo este escenario, la cotización del dólar (oficial) cerraría el año en torno a los $1.400, muy cerca de lo que hoy están marcando los futuros del Rofex.

Escenario 2: salto del 20% del dólar, con bandas

Implicaría un salto devaluatorio del 20% inicial —dólar de $1.290— (algo que el Gobierno desmiente), con la consecución del crawling peg del 1% mensual para la banda de abajo, y del 1,5% en la de arriba.

La diferencia dentro de la banda cambiaria es de 10%.

Escenario 3: salto del 10% del dólar, con bandas

También contempla un salto cambiario, esta vez del 10%, con un dólar inicial de $1.190.

La diferencia entre bandas acá también sería del 10%. La banda superior correría al 2% mensual, mientras que la de abajo al 1%.

Bajo esta dinámica, el dólar podría terminar el año en $1.455 si se pega a la banda superior y en $1.332 si va con la inferior. Hoy el Rofex marca $1.410 para fin de año.

La idea es la de una “flotación sucia”. Es decir, la cotización del dólar se puede mover dentro de las bandas elegidas (piso y techo); y el Banco Central solo podría intervenir en caso de que la paridad toca el piso y el techo. La lógica de las bandas es que, en el piso, el BCRA compra dólares y en el techo interviene con ventas. En el medio, el tipo de cambio “flota”.

Aun si se avanza sobre el sistema de bandas, quedan abiertas las preguntas sobre cuál va a ser la tasa mensual de devaluación, la dinámica de actualización de esas bandas y la cantidad de dólares disponibles para intervenir y sostener el precio.

La discusión sobre la política cambiaria y su estrecha relación con precios y salarios, pone en el centro de la escena el eje de la economía doméstica: los múltiples factores que generan una mayor demanda de dólares de los que genera.

Habrá que esperar hasta el fin de semana, una vez que se rubrique el acuerdo con el FMI, para saber a ciencia cierta que el Gobierno, contra sus convicciones, se ve obligado a una corrección en el rumbo cambiario para volver a mejorar la performance del Banco Central.

Sin reservas, está claro que los inversores creen que no habrá dólares suficientes para pagar los vencimientos de la deuda. Ni chances de volver al mercado de crédito voluntario para refinanciar esos pasivos. Con un “riesgo país” en 900 puntos, esa chance quedó totalmente clausurada. Y más lejos que antes.

iprofesional.