Glorias del deporte argentino fueron agredidos por el vuelo privado
El escándalo del vuelo privado para 60 atletas sigue sumando capítulos, ahora más escabrosos. Glorias del deporte argentino recibieron mensajes con agresiones, presiones y recriminaciones de parte de la polémica secretaria de Deportes, Inés Arrondo, molesta porque defendieron al Comité Olímpico Argentino y rechazaron que el Ente Nacional de Alto Rendimiento (ENARD) sea obligado a pagar más de 100 mil dólares para el traslado de una comitiva numerosa para participar del campeonato sudamericano de atletismo.
Juan Curuchet y Walter Pérez, dos ciclistas que ganaron la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, revelaron que la funcionaria del gobierno nacional los maltrató mediante comentarios enviados por WhatsApp y en redes sociales. “Mentiroso” y “nefasto” fueron algunas de las descalificaciones que recibieron simplemente por haber expresado que no estaban de acuerdo con las presiones que surgieron desde la Secretaría de Deportes para forzar la violación de los reglamentos del ENARD y privilegiar a la Confederación Argentina de Atletismo (CADA) al enviar a Guayaquil a una numerosa comitiva.
El gimnasta Federico Molinari, que representó a la Argentina en anillas en torneos mundiales, regionales y olímpicos, también tuvo un tenso intercambio de opiniones luego de que le filtraran a Arrondo la opinión que había compartido en un grupo privado de WhatsApp. “Me defendí de lo que ella decía”, reveló a este medio.
Arrondo quedó en el centro de la polémica tras presionar junto a su segundo, el profesor Daniel Carlos Díaz, de dilatada, probada y estrecha vinculación con la Confederación de Atletismo, para que el ENARD con su presupuesto afronte el pago de más de 100 mil dólares para enviar por avión privado a 60 deportistas para competir en Ecuador en el campeonato sudamericano. El tercer protagonista del escándalo es Juan Scarpín, que maneja en los hechos la CADA.
“Que el Presidente revise los miembros de su gabinete. Este tipo de gente no aporta nada”, dijo Curuchet sobre Arrondo.
Se trató de una situación que no tiene registro histórico por dos motivos: nunca los deportistas viajaron a ninguna competencia internacional con avión privado, menos aún cuando ahora los recursos provienen del Estado y son fondos públicos; y no hay antecedentes del envío de una delegación tan numerosa al exterior para un certamen regional, ya que desde 2013 al 2019, en Colombia, Lima y Asunción la representación nunca superó los 35 atletas. Aunque el campeonato sudamericano suma puntos para la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, no son más de 10 los que efectivamente tienen chances de llegar a esa instancia. El ENARD, ante la exigencia de la CADA había propuesto enviar 19 representantes.
Tan explícita fue la presión de Arrondo, que en una entrevista manifestó: “La postura nuestra es que tiene que viajar la delegación que se está preparando para la instancia sudamericana y tiene la calificación para competir en esa instancia. Esa es nuestra posición, la posición de la línea del Estado, de la Secretaría de Deportes”.
El nuevo capítulo que se suma al escándalo del avión privado -que se terminó contratando por la intervención solidaria del influencer Santi Maratea, que juntó donaciones por redes sociales- son las presiones ya directas a personas específicas que plantearon una posición diferente a la de la polémica secretaria de Deportes.
Walter Pérez detalló que el choque con Arrondo se produjo luego de que en una nota periodística defendiera el Comité Olímpico y el ENARD. “Hago la nota diciendo que no veía justo, y esto no va en contra de los atletas que pueden ir a Ecuador, sino a la equidad de todos los deportes. No puede ser que se tenga que obligar a un Ente que vela por 50 deportes que se le dé un beneficio a uno sólo y a los otros no”, reveló el ciclista.
“Dije lo que sentía en ese momento, con mis fundamentos, terminó la nota y recibí un mensaje privado, de la secretaria de Deportes que no quiero revelar. Pero sí puedo decir que me sentí intimidado. Fue un mensaje intimidatorio e injurioso y siento que lo que intentó es cortarme la libertad de expresión”, continuó el medallista olímpico.
Pérez es el presidente de la comisión de atletas del Comité Olímpico Argentino y a la vez es integrante de la mesa ejecutiva. A ese cargo llegó elegido por los atletas, para que ellos tengan voz y voto. Se trata de un cargo electivo y rotativo, de ahí la relevancia de su opinión. “Estoy dolido, nunca esperé una acusación de esta manera, toda mi vida le dediqué al deporte, al deporte argentino, representando al deporte argentino. Mi intención no era hacer público esto, pero pero ella dijo mi nombre”, aclaró.
A Curuchet, la agresión de Arrondo, según lo contó él mismo, fue vía redes sociales. “En su Instagram respondió a uno de sus seguidores que yo soy un mentiroso”, contó el otro ganador de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing. Él fue el primero que públicamente salió al cruce de los dichos de la polémica secretaria y le pidió directamente que “no haga política”.
“En el fondo, lo que creo es que la Secretaria de Deportes quiere destruir el ENARD para que los fondos públicos que envía el Tesoro Nacional vayan a su oficina y pueda con esa plata hacer política”, manifiesta Curuchet, quien no duda en calificar de “extremadamente vergonzoso lo que está haciendo. Me ofende esas declaraciones, como persona, como deportista”.
Según el hombre que, con seis participaciones, mantiene el récord de participaciones en Juegos Olímpicos, “soy una voz de los atletas y defiendo al Comité Olímpico, que es nuestro hogar. La Secretaría de Deportes son sillas que te las prestan. Que una institución tan importante como el Comité y el ENARD nos encontremos envueltos en esta polémica política es muy doloroso”.
“Lo que dije es una opinión, como la que ella tiene es su opinión y y no digo que sea una mentirosa, contra su verdad no me meto. Viendo todo lo que está haciendo, esta secretaria de Estado quiere quedarse con una caja para hacer política. Que el presidente revise los miembros de su gabinete, porque este tipo de gente no aporta nada”, consideró.
Otro cruce polémico
Federico Molinari se toma unos minutos para atender. Está entrenando en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CENARD) para una competencia panamericana que tendrá en Río de Janeiro. “Termino de entrenar y te llamo”, responde a la consulta periodística. Es un hombre que -más allá de algún paso por las luces de la TV y el coqueteo con el mundo de la farándula- viene del interior profundo, obtuvo logros deportivos y participa de la actividad del deporte amateur.
El gimnasta, especialista en anillas, revela en diálogo con este medio que tuvo una charla privada con la secretaria Arrondo, un intercambio de mensajes de WhatsApp que se generó porque ella “le informó su descontento” porque él había salido a defender al Comité Olímpico y a la actividad del ENARD. Lo extraño es que Molinari había expresado lo que pensaba por un chat privado entre un grupo de deportistas que le terminó llegando de manera desconocida. “Siempre trato de decirle las cosas que pienso, me molestó que se haya metido al Comité Olímpico”, cuenta.
“Soy parte del Comité Olímpico y cuando hay una crítica así es una cuestión personal. Es una institución que funciona y nosotros tratamos de dar lo mejor para el deporte. Con el ENARD no sólo se financian 1.500 becas, sino que también hay un montón de actividades que sostienen a los deportistas. Esta situación del vuelo privado me generó mucha incomodidad, queríamos salir a decir la verdad sobre el ENARD, para que no se manche una institución que nos cambió la vida, y eso no tiene nada que ver con complicar a los que estaban tratando de viajar”, consideró Molinari.