La cruenta batalla por el Cártel de Sinaloa: el Mayo, los hijos del Chapo y el grupo de Caro Quintero se disputan su control
Tras el arresto y condena de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, el Cártel de Sinaloa sufrió una división interna que en el último año se ha manifestado en disputas sangrientas, al menos entre tres grupos que buscan hacerse del control de la poderosa organización transnacional.
Los primeros en buscar la dirección del cártel fueron los hijos del Chapo, quienes se criaron y crecieron en el negocio de Guzmán Loera. Cual si fuera una empresa, los Chapitos no pretenden alejarse del imperio que su padre ayudó a crear, con vínculos para el tráfico de drogas en los cinco continentes.
Aquellos que empezaron a disputarle territorio a los Chapitos fueron los del Cártel Caborca, comandados en el desierto de Sonora por Rafael Caro Quintero, legendario capo de la década de 1980 que pasó casi 30 años en prisión y fue liberado en 2013. Las autoridades de Estados Unidos ofrecen USD 20 millones por datos que lleven a su recaptura, pues es acusado de asesinar al agente de la DEA (Administración de Control de Drogas), Enrique Kiki Camarena, en 1985.
Un informe del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, de la entonces Procuraduría General de la República, fue elaborado en mayo de 2017. Este documento ubicaba que el Cártel de Sinaloa contaba con 10 células distribuidas en nueve entidades federativas de México.
El dilema ya aparecía hace tres años, pues el Chapo fue reaprehendido de forma definitiva en enero de 2016 y extraditado a EEUU un año después. Con ello se estableció una falta de liderazgo visible y los hijos del narcotraficante pretendieron ampliar su dominio al interior del cártel.
Sonora es un estado fronterizo con EEUU, que por ello se ha vuelto estratégico para el paso de drogas. El brazo armado de los Chapitos en este sitio son los llamados Durangos/Cazadores, liderados por José Bibiano Cabrera Cabrera, alias El Durango, quien presuntamente murió al estallar una granada en la camioneta que viajaba a mediados de septiembre pasado. Otro brazo armado de los vástagos de Guzmán Loera en Sonora serían Los Salazar, comandados por Crispín Salazar Zamorano.
Mientras que la facción de Caro Quintero estaría dirigida por su sobrino, Rodrigo Páez Quintero, quien controla la escisión de Los Páez. El mismo secretario de Seguridad (próximo a renunciar para ir por la gubernatura de Sonora en 2021), Alfonso Durazo, ha reconocido el resurgimiento del Narco de Narcos.
La disputa contra el Mayo Zambada tuvo su indicador más claro el 17 de octubre del 2019, cuando los Chapitos pidieron apoyo al líder del Cártel de Sinaloa para rescatar a Ovidio Guzmán López, detenido en Culiacán por agentes de la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República. La gente del viejo capo no acudió al llamado. Con ello se profundizó la división.
Sin embargo, las fricciones entre los dos bandos iniciaron durante el juicio del Chapo Guzmán, en Nueva York, en 2018, cuando dos integrantes de la familia Zambada: Jesús y Vicente Zambada -hermano e hijo del Mayo– testificaron por parte de la Fiscalía con la intención de lograr un beneficio en sus condenas.
A través de narcomantas, asesinatos y videos en redes sociales, es como los capos reportan de sus disputas internas. Aunque hacia el exterior, con origen en el mismo cártel, se mantienen en disputa contra otras facciones locales o nacionales, tal es el caso del Cártel Jalisco Nueva Generación.