La tendencia en Alemania que favorece a inmigrantes argentinos: La parrilla
“Estilo Argentino” es el nombre de los cuatro locales que, hasta el momento, hay en Alemania y que ofrecen carnes argentinas, vinos de diferentes bodegas, carbón vegetal, empanadas, salsas, dulce de leche, alfajores, mates y bombillas. Un rincón argentino que nació hace 14 años con clientes “de la nostalgia” y que se fue expandiendo. El impulso lo dieron Mauricio Trípodi, su hermana Marina y su esposo, Maximiliano André, basándose en el concepto de qué se necesita para hacer un asado.
Los Trípodi emigraron en 1987 desde la Argentina a Alemania y comenzaron a importar productos argentinos para vender a mayoristas y a restaurantes. Marina empezó a estudiar en la universidad, donde conoció a André. Como detectaron que la demanda era creciente, apostaron.
“Intentamos hacer algo nuevo, más elegante de lo que había entonces. Contactamos al frigorífico para que nos fraccionara la carne y empezamos a traer cortes que no se conocían como la colita de cuadril, la picaña, el matambre, vacío y fabricamos nosotros los chorizos y morcillas con una receta argentina”.
Empezaron a introducir a los alemanes a la “cultura argentina de los domingos, del asado familiar que se come tranquilo y en etapas. En los locales ofrecemos todo lo que se necesita para esa ‘ceremonia’. Tuvimos bastante éxito, abrimos dos más en Colonia y una franquicia en la Selva Negra, en el sur del país”, cuentan.
Desde el comienzo, si el proceso resultaba, el objetivo era comenzar a franquiciar. Para el inicio se requiere una inversión de unos 80.000 euros para un espacio de entre 80 y 100 metros cuadrados, la empresa les provee todos los productos y, además, el asesoramiento. En unos dos años se recupera la inversión; ese es el plazo porque los márgenes minoristas no son altos.
Además de las carnes argentinas –que son la nave insignia- ofrecen cortes exclusivos como el Ibérico de España, carne de cerdo negro de Portugal, cortes madurados al aire y también de Estados Unidos. “Hay determinados productos que no podemos lograr que sean argentinos porque no ingresan”, apunta Mauricio.
El carbón vegetal de quebracho blanco es importado de la Argentina, al igual que los vinos y bebidas espirituosas premium de Hilbing Franke, una destilería de Luján de Cuyo (Mendoza). “Se hicieron famosos con las grapas, tienen premios internacionales y fabrican un gin con Malbec que funciona muy bien en Europa”, señala Mauricio. También llevan desde Buenos Aires las empanadas hechas por una fábrica con certificación para ingresar.
Desde la empresa indican que desde hace unos cuatro años en Alemania hay una “movida grande” de parrilleros –no sólo restaurantes, sino en las casas- y eso fue un empuje para determinados cortes de carne que antes no eran tan pedidos.
“Queremos que la cultura argentina esté presente, pero a veces es complicado porque tenemos problemas de precios, falta de productos, inconvenientes para ingresar mercadería –repasa Marisa-. Como argentinos, tenemos la ventaja de ser flexibles y de siempre buscar una solución, una alternativa”.