La tierra agotó todos sus recursos naturales capaces de regenerar en un año
Ayer fue Día del sobregiro de la Tierra, que es el momento en que la humanidad consumió todos los recursos naturales que el planeta puede renovar a lo largo del año sin perjudicar al medio ambiente.
El año pasado este día cayó el 22 de agosto y una de las razones fue que a partir del confinamiento por el coronavirus, se generó menor impacto en el medio ambiente. La fecha más temprana registrada hasta el momento fue el 25 de julio, en 2018.
Ahora, aunque las emisiones de carbono por los viajes aéreos y el transporte terrestre siguen por debajo de los máximos del 2019, la reactivación que estamos viendo en el turismo y los viajes, sumado a la recuperación de la economía mundial y las diferentes actividades, hicieron que las emisiones y el consumo vuelvan a aumentar.
El Día del sobregiro de la Tierra nació en 2006, con el objetivo de calcular el número de días que el ecosistema necesita para restablecer sus recursos biológicos gastados y absorber los residuos producidos en un año. Eso muestra la huella ecológica de la humanidad.
Global Footprint Network (GFN), la organización de investigación que elabora el dato anual junto con el grupo ecologista WWF, compara el cálculo con un resumen bancario que registra los ingresos frente a los gastos. Para ello, se utilizan miles de datos de la ONU sobre recursos como bosques biológicamente productivos, tierras de pastoreo, tierras de cultivo, zonas de pesca y áreas urbanas. El recuento se compara con la demanda de esos recursos naturales, entre ellos los alimentos de origen vegetal, la madera, el ganado, la pesca y la capacidad de los bosques para absorber las emisiones de dióxido de carbono.
En la actualidad, la humanidad utiliza un 74% más de lo que los ecosistemas globales pueden regenerar. Para seguir viviendo como lo hacemos ahora, necesitaríamos los recursos de 1,7 Tierras. Y lamentablemente esto no parece que vaya a cambiar. Un dato alarmante es que según la Agencia Internacional de la Energía, las emisiones de CO2 relacionadas con el sector energético, en particular con los combustibles fósiles como el carbón, aumentarán un 4,8% este año con respecto a los niveles de 2020.