Sudáfrica, afectada por la cepa local, inició la vacunación contra el coronavirus
La vacunación contra el coronavirus comenzó este miércoles en Sudáfrica, tras un aplazamiento del plan original debido a las dudas sobre la eficacia de las vacunas de AstraZeneca contra la variante local.
Las primeras dosis del lote de 80.000 vacunas del laboratorio estadounidense Johnson & Johnson llegaron este martes y se administraron al personal sanitario del hospital de Khayelitsha, un barrio marginal de mayoría negra de Ciudad del Cabo, precisó la agencia de noticias AFP.
El Gobierno suspendió la campaña de inmunización que iba a comenzar la semana pasada, tras un estudio de la universidad de Witwatersrand (Johannesburgo) que reveló en particular una eficacia “limitada” de la vacuna AstraZeneca/Oxford contra la nueva variante sudafricana.
Sudáfrica recibió el 1 de febrero un millón de dosis de ese fármaco, que en teoría expirarían a fines de abril, y se esperaban 500.000 más durante este mes, que tampoco serán utilizados.
A pesar de estas dudas sobre la eficacia contra la cepa local, ya extendida a al menos 23 países, los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dieron su aprobación de emergencia a la vacuna de AstraZeneca.
Ante esta situación, Sudáfrica ofreció a la Unión Africana (UA), el bloque que reúne a los países del continente, el millón de dosis de AstraZeneca que no va a utilizar.
“Las dosis que hemos comprado fueron ofrecidas a la UA para ser distribuidas a los países que expresaron interés por la adquisición”, declaró esta semana ante el Parlamento el ministro de Salud, Zweli Mkhize.”No habrá desperdicio de dinero”, agregó.
La UA aseguró la adquisición de alrededor de 270 millones de vacunas para el continente y declaró recientemente que “no descartará” las de AstraZeneca.
Sudáfrica atraviesa una segunda ola de coronavirus, ampliamente causada por la nueva variante, considerada más contagiosa. Es el país del continente más afectado por el virus con más de 1,5 millones de casos y más de 48.000 muertes.
El Gobierno se ha fijado el objetivo de vacunar al 67% de la población, de 59 millones de habitantes, para finales de año.